Texto: José Manuel Chirino Núñez y Diego Sánchez Moya

“Nunca imaginé que trabajaría con personas con discapacidad intelectual (PCDI) y aún menos que volvería a la facultad para hablar de ello”. Así comenzó la intervención que desarrollamos el pasado jueves en la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla, dentro del seminario El papel del psicólogo en la atención a las personas con discapacidad intelectual, del máster de ‘Psicología clínica y de la salud’.
En nuestro regreso a las aulas, emotivo por cierto, trasladamos a nuestros colegas de profesión el importante cambio conceptual respecto a la psicología general que nos ha propiciado la experiencia laboral en el sector. Este cambio de concepto se acentúa cuando entramos en el terreno de la discapacidad intelectual, donde debemos todo nuestro conocimiento a la Asociación Paz y Bien, que en su día, siendo licenciados noveles, nos abrió las puertas de este maravilloso campo de trabajo. Un ámbito, que por abordarse de soslayo en la planificación académica de nuestra carrera, no fue una opción preferente en nuestros años de formación, pero que a día de hoy no cambiaríamos por ninguna otra alternativa, sustentando este convencimiento en la gratitud, el afecto y la satisfacción personal que proporciona trabajar diariamente con personas con discapacidad.

Nunca imaginé que trabajaría con personas con discapacidad intelectual (PCDI) y aún menos que volvería a la facultad para hablar de ello

Por tanto, este seminario supuso además de un regreso especial y positivo, una oportunidad de compartir, comparar y percibir cambios. Unos cambios que arraigan en nuestra forma de entender la profesión, la discapacidad, e incluso nuestra filosofía de vida, entendiendo que la misma queda afortunadamente vinculada para siempre, a la atención y comprensión de personas con “capacidades diferentes”.
No resultó complicado transmitir nuestras ideas, pues no es difícil comunicar con entusiasmo cuando se cree en aquello que se hace. Esperamos también que esta participación sirva para hacer aún más visible el papel de las PCDI en la sociedad, resaltando además la labor de entidades como la nuestra, con años de experiencia y dedicación en la atención a colectivos en riesgo de exclusión. Pensamos que acciones de este tipo ayudan además a estrechar las alianzas con sectores tan importantes como la Universidad, cuyo trabajo de investigación repercute sin duda en la mejora de la calidad de vida de las personas… de modo que estamos llamados a caminar juntos.