Entrevista realizada dentro de la sección ‘Experiencias en primera persona’, donde damos voz a las personas que forman parte de la Asociación, concretamente en el grupo de Autogestores. La participación activa de nuestras personas usuarias y su capacidad de elección queda patente a través de los testimonios que, como Enrique, observamos en estas publicaciones.
En esta edición del boletín digital charlamos con uno de los veteranos del grupo inicial de autogestores de Paz y Bien que actualmente se encuentra en Alcalá de Guadaíra, donde comenzó su andadura allá por el año 2007. Hoy, hablamos con Enrique Malvar.
Hola Enrique, ¿nos podrías contar cómo ha cambiado el grupo desde que estás en él?
¡Claro! Al principio esto de autogestores era algo nuevo, apenas había algunos grupos en Andalucía, nos reuníamos para hablar cómo decidir y cambiar algunas cosas en nuestras vidas, contar aquello que nos preocupaba, cómo podíamos influir en nuestras familias, en nuestro barrio y entorno. El grupo era uno de los primeros espacios en los que nos sentíamos escuchados y dábamos nuestra opinión con seguridad y respeto. Desde entonces las cosas han ido cambiando, dando pasos para seguir influyendo en lo que nos rodea. Aunque hemos avanzado creo que todavía seguimos consiguiendo objetos.
¿Qué destacarías de lo aprendido en autogestores?
No sabría por dónde empezar. He realizado muchas actividades tanto de formación como de participación y esto me ha ayudado a saber cómo hablar en público, cómo dar mi opinión y escuchar que la otra persona puede opinar lo mismo o no, me he preparado para ser maestro de ceremonias en diferentes encuentros donde participaban autogestores de toda Andalucía , hemos hablado con los políticos en primera persona de aquello que nos preocupaba, también participé en una tesis doctoral, con Cristina, de la facultad de Educación durante tres años y muchas cosas más.
Gracias Enrique, ¿te apetece contarnos en qué consistió la experiencia como colaborador de Tesis?
Me encantaría, te cuento. Lo primero que hicimos fue reunirnos todos los autogestores y a través de dinámicas y preguntas, como por ejemplo “¿qué hacías en el recreo? ¿Dónde te sentabas en clase? Si fueras director de un cole, ¿qué harías?”, contamos nuestra experiencia en la etapa escolar y qué dificultades encontrábamos. Si nos habían tratado bien, si teníamos acoso escolar, cómo se resolvía, etc..
¿Cuál era vuestro papel?
Fue una investigación en la que se realizaba para las personas con discapacidad y con las personas con discapacidad, nos hizo sentir que formábamos parte y además que ayudábamos a otras personas.
Enrique, y eso, ¿cómo se hizo?
Pues nos convertimos por un tiempo en investigadores. En los talleres que realizamos se analizaron las respuestas a las preguntas que se habían hecho a un grupo de chicos y chicas como nosotros, sobre las dificultades que encontraron en su vida, en el colegio, para buscar soluciones y apoyos más convenientes según el caso. Después de eso, tuve varias entrevistas para ir escribiendo mi biografía. Hoy, tengo un libro con mis fotos en el que recoge todo lo que me ha sucedido en la vida, que no es poco, y cómo se fue resolviendo y las necesidades que tuve en el pasado. También colaboro en charlas para estudiantes que pronto serán parte de la educación, para contarles mi experiencia. Es una buena forma de ayudar. Además de dar otra imagen de las personas con discapacidad aportando soluciones desde la experiencia propia.
Nos puedes explicar ¿qué es ser investigador?
Sí, claro, investigar básicamente es elegir un tema o un problema al que queremos dar respuesta y buscar información de ese tema.